jueves, 23 de abril de 2009

RISA MALDITA

Abrí los ojos. La penumbra y el olor a putrefacción fue lo primero lo que percibí. Por un momento, no supe en donde me encontraba; pero lo recordé. La estúpida mazmorra en donde me habían encerrado a petición mía. La sed era insoportable. Las ratas iban de un lado a otro; esperando a que sus compañeras muriesen para saltarles encima para calmar su hambre de carne. Pero su sangre era lo que importaba. Ese fluido carmín tan tentador y cálido; un verdadero placer. Un acto barbárico pero tan complacedor su fácil obtención. Un motín de caza magnífico y sublime.

- ¡No! Olvídalo piensa en otra cosa -me gritaba a mi misma. Desesperación. Angustia. Dolor.

- Olvídalo, olvídalo todo-. Pero no; su sabor, su calor.

¿Cuánto tiempo había dormido? ¿Hace cuánto no bebía una sola gota, sin desesperarme y matar a la primera cosa que se me acercara?. Debían de ser casi las 9:00 pm. QuÉ importaba; no saldría de ese lugar asqueroso aunque quisiera. No porque no pudiera hacer añicos los desvencijados barrotes, sino porque tenía que probar cuál era el verdadero alcance de mi voluntad y paciencia. Tal vez por la simple idea de estar atrapada pero saber como salir y sin embargo no hacerlo. Tal vez por esperar a que el confiado profesor Athur fuese a verme para “curarme de mi demencia”. Tal vez por hacerle la vida miserable a McGregor. La verdad era que no lo sabía con certeza. ¿Raro? Claro que no. Después de veinte años vagando sin rumbo y cuatro de aislamiento en una pocilga como aquella hace que la noción que tienes de lo que conoces cambie progresivamente; o simplemente tenga un sentido distinto; deja de tenerlo o no quieras entenderlo -comúnmente quieres olvidarlo-. En todo caso, tuve la misma existencia como cualquiera en mi mismo estado -si se le pudiera llamar de esa forma- aunque algo obsesivamente conservadora o patética para ojos de los otros más “fanáticos”. Ahora ni siquiera pruebo gota alguna.

Observé el ya conocido lugar. Suelo y paredes de piedra macizas y húmedas, con naciente maleza en sus abundantes grietas; ese olor asqueroso a putrefacción llenaba todo; y los famélicos y hambrientos roedores pululaban por doquier, reunidos a montones cerca de los cadáveres de las otras, saliendo de sus madrigueras como insectos, con esos negros ojos brillantes y saltones mirándome, abalanzándose encima de mí, pero en el último momento sólo bastaba azotarlas con mi brazo para despedazar sus cuerpos contra las paredes; ya no me importaba qué caminara a mi alrededor.

Según lo que sabía, el sitio había sido en un tiempo usado durante la Edad Media como cárcel y cámara de torturas para malhechores y asesinos, a veces inocentes. Una estancia circular, techo, paredes y suelo arqueados, éste último con una abertura en el centro, tapada con barrotes, al igual que en las paredes a manera de celdas. Todo el “conjunto” ubicado a seis metros bajo la superficie; en un extremo, la única salida daba a unas escaleras al exterior.

Estar allí me hacía sentir como pudieron haberlo experimentado esos hombres, atrapados, sin posibilidades de escape alguno, esperando el trágico final de sus desgraciadas vidas; la muerte se convertiría en su único alivio después de todo ese sufrimiento. Yo lo llamaría suerte. Pensaba que tal vez de esa forma pagaría por lo que había hecho, como lo hicieron ellos.

Pero era un verdadero aburrimiento, me la pasaba observando el vacío o leyendo los pocos libros que había traído conmigo, de casi mil páginas, ya leídos incontables de veces cada uno. Lo único entretenido que hacía a duras penas era leer las mentes de los empleados que me traían comida que ni tocaba y que resultaban un festín para mis amigas (alejándose después a la carrera).

Frecuentemente me acercaba a la puerta en cuanto se acercaban, espantándolos haciendo que la puerta vibrara con violencia; los pobres renunciaban al poco tiempo, algo que ponía a McGregor al rojo vivo -ja ja ja ja- aunque se esté al borde de la depresión, no significa que no tenga que ser entretenido ¿no?

Había un montón de heno en un rincón con forma de cama en donde me sentaba por horas inmóvil, esperando a que alguien pasara, era algo ocioso pero divertido; sus pensamientos me aburrían, siempre en lo mismo, ”tengo que atender al paciente número doce, el Señor me despedirá si sigo haraganeando por las tardes….", "bla ..bla..bla". Pero ellos se quedaban cortos, los verdaderamente extenuantes eran los lunáticos pacientes.”¡Ohh mira esa paloma!" Por cualquier estupidez, se quedaban con la boca abierta o hablaban con “amigos imaginarios” y mirando el techo como idiotas ¡Dios!

Pero de nuevo el deseo de sangre, ¿qué es lo que soy?, ni siquiera la luz de una vela la aguanto. Me recosté en el suave lecho y miré el techo. ¿Estaré demente? -ja ja ja, eso es lo que quería creer-. Cada vez que lo pensaba, la verdad era que quería salir de ahí, hace ya bastante que no veía las luces de la ciudad, que no veía otra cosa que esas paredes de piedras y esos sucios roedores

Y pensar que en algún momento de mi vida, mi ser era alguien diferente.

En realidad sentía tristeza y lástima por aquellas personas. La mente es mente, es muy frágil y sin olvidar el alma, que de muy fácil manera puede llegar a corromperse. Sus familiares los enviaron a este zoológico para curarlos o simplemente para deshacerse de ellos. Pobres... atrapados… condenados en su propia mente… un destino cruel y en soledad. Ja ja ja.

miércoles, 22 de abril de 2009

CUIDADO DONDE TE ESCONDES


Cuando Julia, Romina, Florencia y Natalia llegaron a la casa de Mónica, lo primero que hicieron, fue ponerse a jugar a un juego de mesa. Luego, llego la madre de Mónica, a servir la comida. Cuando ya estaban satisfechas, subieron al pequeño cuarto de Mónica, y miraron películas de muertos vivientes, etc. Estas películas, a las niñas no las asustaron. Ellas no se asustaban fácilmente. Y por eso, habían decidido hacer esa "celebración", aunque ellas no sabían lo que significaba.

Al terminar las películas, apagaron las luces, y Mónica, quería oír historias fantasmagóricas que cuente alguna de sus amigas. Cuando Julia estaba a punto de contar una historia, Natalia se opuso. Ella tenia miedo.
Entonces, prendieron la luz.

Julia, muy enfurecida con Natalia, porque impidió que contara su relato, apago la luz nuevamente, y Natalia y Julia se pusieron a discutir. Mientras Mónica trataba de calmarlas, Florencia y Romina, solo observaban.

Al final de todo, se pusieron de acuerdo, y apagaron la luz.
Todas estaban calladas.

Romina, Julia y Florencia, estaban acostadas en la cama de Mónica, mientras Natalia y Mónica estaban acostadas en una frazada que habían tirado en el suelo. Estaban tranquilas. Cuando de repente, escuchan un fuerte grito que provenía debajo de la cama de Mónica!
Florencia, procedió a encender la luz.

Se dieron cuenta, de que Julia, no estaba mas sobre la cama. Era ella la que estaba abajo de la cama.

Romina procede a mirar hacia abajo. La ven a Julia. Con cara de susto. Y sin hablar, y con el pulso rápido, sale de ahí abajo.

Las chicas no entendían nada.

Muy preocupadas por la situación, deciden ir al baño, a tranquilizar a Julia mojándole la cara con un poco de agua fría. Cuando están por abrir la puerta, Julia grita ! No ! No ! Por favor, no habrán la puerta ! Mónica pregunta -¿Porqué?! Me esta buscando !-dice Julia. Pero, quien te esta buscando? le dicen sus amigas ! El,...el.!

Todas las chicas, entraron en calor. Empezaron a sudar. Su corazón latía cada vez mas rápido. Hasta que Romina se cansó y abrió la puerta. No había nada.-Ves que no pasa nada? Interroga Romina a Julia.

Julia quedo callada.

Y avanza hacia el baño con sus compañeras.

Cuando llegan alla, le mojan la cara, y la tranquilizan. Cuando iban a salir del baño, de nuevo, No ! No ! No habrán la puerta.! La abrieron nuevamente sin hacerle caso. Y tampoco había nada.

Pasaron nuevamente hacia el cuarto.

Y cerrar la puerta, para que Julia deje de alucinar con cosas, que nunca sucederían.
Cuando Mónica mira hacia la ventana, ve a una criatura extraña...Fuera de lo común.
Se queda sorprendida. Y lo primero que hace al ver a esa criatura, es gritar. La única que escucho ese grito, fue Julia. Pues las demás estaban en el piso de abajo, en la cocina yendo a buscar algo para comer.

Cuando Julia escucha el grito, le dice que pasa ! Le contesta, esa cosa...que hay ahí ! Y con los ojos bien abiertos y con la cara pálida, mira hacia la ventana. Ella lo ve. Grita junto a su compañera.

Las chicas escucharon el grito. Subieron rápidamente, y las encontraron bajo la cama, pálidas y con los ojos rojos.

Romina, Natalia y Florencia, empezaron a creer que las chicas estaban locas.
Las sacaron de abajo de la cama, y les empezaron a hablar.

-Que les pasa ?!-Porque están así?!-Porque se van abajo de la cama?!
-El nos impulsa hacia abajo de la cama-dijeron Julia y Mónica.
-Quien es el ?!!
- Él.

Las chicas ya se imaginaban de quien hablaban sus amigas.
Y muy asustadas, se dirigieron hacia el dormitorio de los padres de Mónica, y les contaron la historia.

Mientras estaban yendo hacia el dormitorio de los padres, Florencia, se pregunta, -No se despertaron los padres de Mónica al escuchar todos estos gritos? A las chicas les pareció extraño. Y se dirigieron mas rápidamente hacia el dormitorio.

Al llegar, se dieron cuenta, de que los padres no estaban durmiendo en la cama.
Y automáticamente, Julia y Mónica, se miraron a los ojos, y se fueron corriendo hacia la puerta, tratando de abrirla, y poderse ir.

Pero sus amigas las alcanzaron. Y las chicas, no podían hablar...Ellas estaban paralizadas.
Y poco a poco, les pudieron decir solo 3 palabras ... "ABAJO DE LA CAMA".
Las chicas se dirigieron rápidamente hacia la cama de los padres, y se agacharon para mirar.

Los padres estaban muertos, y desfigurados, bajo la cama.
Estaban las sábanas manchadas de sangre. Cuando vieron eso, vieron también, ver salir de abajo de la cama, una especie de criatura extraña, que se dirigía hacia el cuarto de Mónica.

Romina la quería seguir. Pero Florencia la paró. Y le dijo que no lo haga.
Las tres chicas (Romina, Florencia y Natalia) se fueron a hablar con Julia y Mónica, y cuando fueron hacia donde estaban hace un instante, se dan cuenta de que ya no están ahí.
Romina fue corriendo hacia el dormitorio de Mónica.

Y las ve a las dos, caminando lentamente hacia la cama.

Ella ve, que se agachan, y se meten ahí abajo.

Ve a esa criatura, que se esta por meter abajo de la cama junto a ella. Y Romina pegó un grito.-Chicas! Chicas ! Vengan rápido! y al oir eso, el ser extraño, la mira a Romina, y se aproxima hacia ella.Romina sale corriendo.

A la mitad del camino, Romina para de correr. Se da la media vuelta, y se aproxima hacia el dormitorio de Mónica. Hacia la cama.

Ella se mete abajo de la cama junto a sus dos compañeras. No sabia lo que hacia. Habí algo que la impulsaba a meterse ahí. No lo hacia voluntariamente.

Cuando Julia, Mónica y Romina, estaban bajo la cama, la criatura se aproxima hacia ellas. Las desfigura. Igual que a los padres de una de ellas. Les saca los ojos.

Natalia y Florencia, subieron rápidamente hacia el cuarto.

Cuando vieron eso, solo gritaron, y no pararon de hacerlo, hasta que un vecino las escuchó, forjo la cerradura, y logro entrar a la casa.

Natalia y Florencia, están en un psiquiátrico internadas...Mirando noticias en la televisión, y leyendo el periódico.

Un mes después de lo ocurrido, muere el hombre que les salvo la vida a las dos niñas. No se sabe como, lo único que se sabe, es que murió debajo de la cama.