martes, 6 de julio de 2010

POSESION FANTASMAL I


Comienzan a escucharse ruidos que no provienen de ninguna parte y todos se miran asstados entre sí. Instantes después los platos que adornan una de las paredes, se mueven, tiemblan, se caen y se rompen. La angustia llega a el limite y el cerebro es incapaz de asimilar lo que esta sucediendo, pero los fenómenos continúan y parece que una legión de sádicos espíritus quiere que la familia atrviese la frontera de la locura. La madre tiembla sobre una silla que se mueve sola y que por fin la despide contra el vacío. La niña no puede conseguir que la muñeca abandone sus brazos y se quede flotando en el aire con un gesto maligno en sus ojos de cristal. Por fin todo se calma, pero ya se ha cundido la histeria. Todos lloran, tiemblan, se saben impotentes, no pueden luchar contra lo desconocido.
POLTERGUEIST
Y así durante todo un año, todos los días. En la puerta 7 del número 30 de la calle Maestro Giner de la localidad valenciana de Burjassot. Los fenómenos conocidos como poltergeist se producen de una forma constante desde 1986. Habitaban la vivienda Rafael Caballero, y su esposa, Soledad Valdecantos y sus hijos que entonces contaban con 12 y 11 años de edad.
Según Soledad, una cordobesa que en el año 87 llevaba 14 viviendo en Burjassot, lo primero que empezó a suceder fue “ que los cacharros se movían, los muebles se desplazaban y los cajones se abrían y cerraban solos sin ningún control”.
En un principio, su marido, Rafael, pensó, que todo eran imaginaciones de su mujer, aunque pronto se dio cuenta de que no era así: “Poco después, mi hija también empezó a escuchar ruidos y a ver como se movían las cosas; más tarde, mi hijo, y, por fin, yo mismo comprobé la existencia real de fenómenos extraños y desconocidos.”
Cuando todo empezó, Soledad estuvo al borde de la desesperación; “ Nadie me creía. Ni mi familia ni los vecinos, incluso algunos llegarón a retirarme la palabra porque pensaban que estaba loca. Yo misma llegué a creérmelo y fui al medico. Por fin, él mismo me recomendó a una parapsicóloga, Ana Codinach, que me esta ayudando mucho”.
PERSEGUIDA
Pero Soledad siempre ha estado perseguida por fenómenos extraños. Cuando sólo tenía 4 años, en la casa donde habitaba en Córdoba, también se oian voces y ruidos. En aquella ocasión los sucesos fueron investigados por expertos, igual que ahora. “incluso una vez-dice Soledad-, También en Córdoba y con cuatro años, vi a Jesucristo en a través de una ventana. Me dijo que yo era una niña muy buena, pero que iba a sufrir mucho”.
Y Soledad se ha pasado toda su vida enferma. Cualquier infección la cogía, las grípes y los catarros se cebaban en ella como pestes terribles. Incluso, cuando solo tenia 18 años, estuvo a punto de morir, debido al tétanos. Sin embargo, los fenómenos paranormales se quedaron en su niñez.
Hasta que todo comenzó de nuevo…





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