lunes, 17 de enero de 2011

LEYENDAS

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Antioquia se destaca por tener una amplia tradición mítica, existen mitos dejados por los españoles, otros introducidos por los esclavos africanos y mitos típicamente regionales.

Así, la madremonte es un mito nacional, pero en Antioquia tiene la particularidad de robarle a las vacas sus críos recién nacidos.

Mitos americanos: La patasola, la madremonte, el mohán, el gritón, el bracamonte, el hojarrasquín del monte, la madre del agua, la vaca de la laguna, la llorona, el ánima sola.

Algunos mitos regionales:

El sombrerón

Es un espanto de figura humana usa ruana negra, un sombrero grandísimo y anda montado en una mula rodeado de dos enormes perros negros cogidos por gruesas cadenas. Dicen que se le ha visto en Medellín, Andes y por la orilla del río San Juan.

El gritón

Es un espanto de arriería. Sus sitios favoritos son los caminos de herradura y las colinas en las noches tranquilas; su grito es peculiar como quien arrea mulas.

La rodillona

Espanto burlón y caminero que se ubica en lo alto de los barrancos en forma de vieja sentada, con la cara entre las piernas, cabellos canosos, ojos rojos, nariz afilada y ganchuda, boca grande con un solo diente. Ríe a carcajadas y es perversa con algunos.

La cabellona

Es un espanto rural vespertino y de tiempos lluviosos. Geográficamente aparece desde Liborina a Pavarandocito.

Cura sin cabeza

Es un espanto que viene desde la colonia. Las ciudades coloniales lo conservan en sus leyendas, especialmente en el noroeste Antioqueño.

La muelona

Es de la llanura. Tiene su actividad en los caminos y con un horario de 6pm a 9pm. Se describe como una mujer bonita, de cabellos largos, ojos electrizantes y dientes de fiera, lanza carcajadas estridentes.

El mandiga

Es de tan mala fama que se le considera como otro Satanás. Algunos afirman haberlo visto a caballo y fumando, por las noches. Suele aparecer en las casas de juego y de vicio. Los codiciosos lo invocan como su protector.

La madre del río

Los indios chaimas querían agua y para ello se propusieron llevar las aguas de un manantial hasta su caserío después de consultar con el pinché. Este les dijo: “para mí es muy fácil hacer lo que pedís, yo con solo mandarlo ya queda hecho; pero debo advertirlos que esa agua tiene su madre, esta madre es un serpiente y muy feroz”. Entonces los indios desistieron de su intento.

Los indígenas tenían creencias sobre los antiguos pobladores de Antioquia, representados por los indios aburraes, del valle de Aburrá, los omagas de Amagá, los sinafanaes de Fredonia, los nutivaras y catíos de Frontino, los nutabes de Porce, los armas entre Sonsón y Abejorral, los pozos de Salamina, los pácoras, los chocoes, los chahamíes y los urabaes, en su mayoría pertenecientes a las castas del Caribe que se extendían hasta los quimbayas y los zenúes.

Veneraban las lagunas de las alturas, tenían ritos para el nacimiento, para la adolescencia, el matrimonio y los entierros de sus deudos, rendían culto de acuerdo a las tradiciones recibidas de sus antepasados al sol, la luna, el rayo, el fuego, la lluvia y la tormenta, entre otros.

Los negros de África trajeron el miedo al “coco”, que aun hoy sigue siendo motivo de espanto para los niños.

Agüeros navideños

Colocar hojas de penca sábila detrás de la puerta para que Dios libre de todo mal y peligro. Regar granitos finos de arroz debajo de la cama para tener suerte. San Nicolás “patasarriba” y el costalito lleno de mercado para tener suerte. Pelar 12 uvas y comerlas sin agua; la suerte llegará. Para que los diablos, las brujas y los malos espíritus no entren a las casas, la media noche del 31 de diciembre, quemar sahumerios en toda la casa y sus alrededores.

Agüeros de mala suerte

Año bisiesto, año siniestro. Pasar por debajo de una escalera. La entrada por de una mariposa negra. El canto de un currucutú. El numero 13 es fatal. El día martes no es aconsejable para el matrimonio. Quebrar un espejo. Encender un cigarrillo de tercero. Derramar sal.

Otros agüeros

Poner una escoba al revés detrás de una puerta ahuyenta los visitantes. Tijeras abiertas, despide visitas. Las orejas calientes son síntoma de que están hablando de uno. Cuando la leña en el fogón suena indica visita. La medalla de san Benito destierra a los malos vecinos. El cordón de San Antonio, sirve para hallar las cosas perdidas. Un masaje de una mujer embarazada alivia dolores musculares. La caída de un tenedor avisa visita masculina y de una cuchara visita femenina. Podar los árboles los viernes santos mejora los frutos.

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