domingo, 13 de noviembre de 2011

El Moustruo del Lago Ness




Lago Ness
El lago del monstruo.
Unos 39 km de largo, dos de ancho y una profundidad media de 150 m, que en algunos puntos alcanza los 300. Es uno de los lagos más famosos del mundo no tanto por la ancestral belleza de los paisajes que lo rodean, sino por el misterio que encierra. Es el lago Ness, en las Highland escocesas. Los primeros avistamientos del monstruo, se remontan al año 565 d.C., cuando, según la crónica de San Columbano, un hombre murió tras ser atacado por una criatura monstruosa que había salido reptando del agua del lago. Pasaron siglos hasta que, a comienzos del siglo XX se volvió a hablar del monstruo, esta vez con pruebas fotográficas. Hay quien asegura haberlo visto atravesar la carretera con una oveja en la boca y después lanzarse al lago; quien ha ofrecido una recompensa por su cabeza; quien ha encontrado en la orilla del lago huellas enormes parecidas a las de los hipopótamos a todo esto hay que sumar 4000 avistamientos fotos y videos caseros.
¿Realidad o leyenda?
Muchas pruebas han resultado falsas: las huellas, por ejemplo, fueron obra de un bromista que tenía patas de hipopótamo disecadas. Pero el misterio sigue sin resolverse. Muchas son las coincidencias entre distintos avistamientos contados por personas que no estaban en contacto. Por desgracia, la escasa calidad de todas las pruebas fotográficas o filmadas impide que se realice un análisis en condiciones. Las descripciones de testigos oculares lo describen como un enorme reptil anfibio con una pequeña cabeza al final de un largo cuello. Una criatura que recuerda a los plesiosaurios del mesozoico, período comprendido entre 250 y 66 millones de años atrás, que se extinguieron hace millones de años.
La investigación científica
Desde los años 60, la tecnología ha permitido efectuar numerosas exploraciones con radar y Sonia en 1962 se fundó la oficina de investigación largo mes, que pretendía rastrear el lago con los medios más modernos. La falta de fondos y el hecho de no haber conseguido ni una sola fotografía obligaron a que la oficina cerrara en 1972.
Ese mismo año, mediante un sonar y otros equipos de búsqueda, se consiguió una fotografía de lo que parecía ser una aleta del presunto monstruo. En 1975 se rastreó de nuevo el lago y, entre las numerosas fotografías recogidas, solo en una se veía lo que parecía ser una criatura con un cuello largo y dos cuernos en la cabeza.
Un misterio aún sin resolver
Estos son sólo algunos ejemplos. En algunos casos, los investigadores han detectado la presencia de enormes animales que nadan a gran velocidad en el fondo del lago. Los análisis han descartado que se trate de bancos de peces. Por lo tanto, nessie no estaría solo, lo cual es lógico porque de lo contrario sería una criatura inmortal. En definitiva, Nessie parece destinado a seguir alimentando nuestra fantasía durante mucho tiempo todavía.
Los plesiosaurios
Eran reptiles de cuerpo robusto cuatro articulaciones en forma de remo, cola corta, cabeza larga y cuello pequeño. Vivía sobre todo en la superficie del agua aunque no eran hábiles nadando, podían alcanzar grandes profundidades en realidad, por su aspecto resulta difícil creer que haya sobrevivido durante millones de años ante la competencia criaturas aparentemente más que en los numerosos fósiles encontrados en distintas zonas del planeta confirman que estos reptiles vivieron por todo el mundo y durante mucho tiempo antes de fin
Otras criaturas terroríficas
en la Biblia se habla de Leviatán de altura mitad serpiente mitad dragón, presente también en la mayor parte de las filosofías orientales. En Europa, los primeros relatos de navegantes escandinavos, como Olaus Magnus, que, en 1555, habló de una criatura de 60 m de largo y 6 m de diámetro, un animal negro con una especie de melena y ojos brillantes. En el siglo XVIII se habló de una serpiente de mar gigantesca en las costas noruegas. En los últimos años se oye hablar cada vez más de calamares gigantes. Tuvo mucho eco en ataque de uno de estos monstruos a un petrolero de 15 t y 150 m de largo, que navegaba por la costa de Hawái el calamar atacó el barco en tres ocasiones y finalmente se abrazó al casco; pero, al no poder aferrarse al metal, la hélice terminó por hacerlo dedazo. Los pocos ejemplares capturados alcanzaron los 16 m de largo, pero los restos encontrados en el estómago de las ballenas, sus depredadores naturales, indican que existen ejemplares de hasta 36 m, y por las cicatrices encontradas en la piel de estos enormes cetáceos se podría hablar de calamares de hasta 45 m de largo

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